Los T-100:
Los T-100 son una clase de redacción que da mucho de sí:
En primer lugar, cuando se dice que se haga un T-100 y se dice que el número de palabras requeridas no es exactamente 100, empiezan las preguntas del estilo de: "¿Cuál es la extensión mínima?" La respuesta suele ser: "entre 120 y 80". Por lo que ya no es un T-100.
El tema de las palabras que contenga un T-100 es un tema que preocupa mucho a los estudiantes, ya que muchas veces no se te ocurren las suficientes cosas para rellenar 100 palabras, o al contrario, se te ocurren demasiadas. Ahí es donde se agudiza el ingenio.
Cuando te quedas corto en el número de palabras (siempre, aunque nos dicen que no hace falta, las contamos) empiezas a rizar el rizo, a repetir todo lo que has dicho antes, pero usando sinónimos y añadiendo cosas que te vienen a la cabeza como por ciencia infusa. Al final el profesor te corrige cuarenta veces la misma idea, expresada cuarenta veces en cien palabras. Vamos, como para pegarse un tiro.
Cuando te excedes en el número de palabras, el T-100 final parece escrito en forma de telegrama, ya que has suprimido la "chicha" del T-100, que es lo que lo adorna y lo hace más fácil de leer.
Además, se crea un problema psicológico en el momento en el que el profesor ve tu redacción y te dice que si solo has escrito eso. Te quedas con cara de Poker. Piensas: "¿cómo que solo? Si son 100 palabras, si quiere más, dígame que haga un T- 350". Entonces el profesor las cuenta. Su cara de Poker cuando se da cuenta de que son 100 palabras justas sustituye a la tuya.
En definitiva, "T-100" no es una expresión que te indique una redacción de 100 palabras. Con ella el profesor quiere decirte que trabajes un poco, pero que no le cuentes un rollo de varios folios.
Javier P.
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