Necesito un nombre:
Estábamos el pasado sábado un amigo y yo, cuando le recordé que tenía que crearme el blog de filosofía. Allá que íbamos, pensando que sería tarea fácil y que nos lo quitaríamos de encima en un abrir y cerrar de ojos. Todo transcurrió con normalidad, hasta que encontramos el espacio donde había que ponerle un nombre al blog. Yo venía con la idea de "el pensadero". Desgraciadamente el nombre ya se había cogido... Hmm, probemos con "el pozo de las ideas"; ya estaba ocupado. Bien, no debe de ser tan difícil, prueba: "la neurona", "el ladrón de ideas", "the thinker"... Nada de nada.
Llevábamos unos veinte minutos pensando nombres, algunos más originales, otros menos. He de reconocer que aquel día no andaba muy fino y no se me ocurría nada. Así que mi amigo propuso añadir un número a la dirección, para finiquitar el asunto. Yo me negé, ya que iba a tener el blog durante todo el curso, y había que hacerlo bien; "las cosas bien hechas duran por siempre".
Luego intentamos nombres relacionados con la naturaleza: "lluvia de ideas", "tormenta ideológica", "avalancha de...". En fin, ya empezaba a ser muy monótono. Al cabo de media hora tuve hambre, lo intenté relacionar con el blog y... ¡¡Hamburguesa de ideas!! No penséis, sin embargo, que esto va a ser un "fast food de ideas". Será una hamburguesa de primera calidad. Buff, vámonos.
Juan G-C.
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