¿Quieres que te cuente un cuento recuento que nunca se acaba?:
Érase una vez un hombre que vivía en un pueblo muy lejano. Se dedicaba a las tareas del campo durante todo el día porque era un agricultor muy trabajador. Un día tuvo un problema con su vecino el herrero que le impedía poder trabajar, pero sucedía que el herrero no podía solucionar el problema por sí mismo. Necesitaban la ayuda del carpintero, y el carpintero necesitaba el permiso del alcalde para poder solucionar el problema que le plantearon. Lo que pasa es que el alcalde tomaba las decisiones con el consenso del cura del pueblo. El párroco era una persona muy anciana que necesitaba la atención del médico, y a su vez el médico necesitaba unas plantas para poder elaborar la receta para curar al párroco. Lo que pasa es que al médico no le llegaban esas plantas tan necesitadas porque el agricultor no podía trabajar y la única solución que tenía era que el herrero se pusiese de acuerdo con su compañero el carpintero. Mientras tanto el carpintero seguía esperando el permiso del alcade con el consenso del cura, al que la faltaba su medicina. La medicina que tenía que hacer el médico no se haría hasta que el agricultor le diese las plantas que precisaba tener, y estas plantas le llegarían cuando el agricultor se pusiese a trabajar. Pero para que se puesiese a trabajar, el herrero tenía que solucionar el gran problema que tenía con la ayuda del carpintero. El carpintero no movería ni un solo dedo hasta que no le llegase el permiso del alcalde porque sin la licencia del alcalde no podría hacer nada. Como el alcalde tenía que dar esa licencia, debería tratar el tema antes con el cura, pero para ello esperaría a que se pusiese bien este. Esa espera acabaría cuando el médico le diese la medicina hecha con las plantas del agricultor que serían recogidas cuando se solucionase el problema entre el herrero y el agricultor y el problema se solucionaría cuando el carpintero tuviese el permiso del alcalde. El alcalde daría el permiso cuando el cura se curase y el cura se curaría cuando el médico hiciese dicha cura para el cura que se tenía que curar...
¿Quieres que te cuente otro cuento recuento que nunca se acaba? ¿A que no?
Luis. S. I.
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