Cambios:
Vivimos en una sociedad en la que está bien cambiarse de todo, y todo el mundo lo hace. Cambiarse de casa es lo más normal. Incluso cambiar de ciudad. Uno puede cambiarse de partido político y no pasa absolutamente nada. "Pues habrá meditado, digo yo" se puede oír cuando ocurre eso; o "Mira ese, que sale rebotado". Incluso, se dan casos de cambios de religión y nadie en la sociedad se atreve a prejuzgar. Conversiones al catolicismo de budistas, ateos, musulmanes, hindúes .. e incluso viceversa. Será posible, que hasta cambiar de marido/mujer no está en absoluto mal visto hoy en día. En España se realizan más de cien mil divorcios al año, en otras palabras, casi trescientos al día y no se oye a la gente quejarse ni lamentarse.
Sin embargo, y aquí es a donde quería llegar, uno no se puede cambiar de una cosa, solo una. DE EQUIPO DE FÚTBOL. Ay del que se cambie de equipo... Sea jugador cambiándose al rival o un mero aficionado a cualquier otro, ese es declarado anatema hasta la eternidad. Traicionar así a tu gente, a tus colores, a la afición, al club. Eso, incluso en esta sociedad que no te mira mal porque te cambies de nada, está fatal visto. Y normal que lo esté.
Bernal A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario