Me parece que las esperas del médico se merecen una entrada. Esas esperas que nunca acaban, que son interminables. Como podréis imaginar la idea de escribir sobre este tema se me ocurrió en una sala de espera. Es más, al ver que no me movía de allí me puse a redactarla. Copio textualmente lo que escribí:
“Estoy esperando al médico. Parece que va a llevar para largo... Las esperas en el médico son un auténtico rollo. Lo mejor de todo es cuando, después de haber estado atendiendo a un paciente durante un largo cuarto de hora, que para mí ha sido una vida entera, sale a leer los nombres de las siguientes personas a las que va a atender y te das cuenta de que delante de ti todavía quedan otros tres o cuatro enfermos. Y mientras tanto lo único que se puede hacer es pasar el tiempo mirando al infinito, echando a perder valiosos minutos de tu vida (o en vez de eso, puedes coger el móvil y aprovechar como yo para escribir cualquier cosa). Y ya está. Las esperas del médico son las cosas menos productivas que existen en el mundo. Lo más gracioso de todo es que siempre se va a retrasar la hora de tu cita. Eso nunca falla.”
Además de todo lo dicho, también se puede observar que una espera del médico te puede dejar completamente atontado: lo que escribí no estaba perfectamente cohesionada y ni tenía una correcta coherencia.
Pero bueno, ahora me doy cuenta de que la espera no fue para tanto (¡No tuve tiempo para escribir más que un mísero párrafo!). Sin duda alguna, admito que es fácil exagerar las cosas cuando en realidad no son como se describen. A fin de cuentas toda esta entrada ha sido una simple exageración. Pero aun así, el tópico de las esperas del médico no dejará de ser lo que ha estado siendo hasta ahora: un auténtico aburrimiento.
Luis S. I.
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