El camino:
Meditando sobre diversos temas acabé pensando en cómo cada acto que realizamos tiene una consecuencia en nuestra vida.
Se podría comparar con un camino; un camino en el que no podemos parar; tenemos que seguir caminando. Parar sería algo así como la muerte. El camino está repleto de bifurcaciones estas son las decisiones de la vida. Cada acción que realizamos es una elección de qué sendero tomamos.
Algo que quiero dejar claro, en este camino no puedes quedarte medio sin tomar ninguna decisión. Tienes que tomar una ruta, puesto que el hecho de no tomar ninguna decisión es por de por sí una decisión: La decisión de no hacer nada.
Hay decisiones de todo tipo: a unas se les ve venir de lejos, sabes que las tienes que tomar, sin embargo pueden ser muy difíciles de tomar porque los caminos a elegir se separan mucho el uno del otro. Otras sin embargo, vienen de improvisto, aparecen tras curvas cerradas, o detrás de un pequeño montículo y no tenemos casi tiempo para reaccionar y tomar la decisión correcta.
Los caminos, asimismo, también se cruzan y siempre podemos tomar la decisión de mantenernos junto a ese camino o la separarnos de él. Esto es un símil de las relaciones humanas, donde cada camino es una persona. Algunos caminos se cruzarán muchas veces, otros sin embargo sólo se cruzarán una sola vez.
Pero sin duda alguna, lo más importante del camino es tener en cuenta que toda acción tiene una repercusión sobre nosotros, ya sea grande o pequeña. Esta es una razón de por qué debemos meditar y aclarar nuestras ideas, ya que si no actuamos en consecuencia de nuestras creencias el sendero nos conducirá muy lejos de a donde queremos ir.
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